Así lo anunció el biólogo Olivier Chassot, investigador del Centro Científico Tropical (CCT) comentó que se encuentran finalizando un estudio para determinar dónde hay presencia de lapas y cuál es el tamaño de las poblaciones.
Aunque aún no tiene datos concretos, adelantó que la situación ha mejorado respecto a 1994, cuando iniciaron con el programa de investigación y protección de esta especie.
Chasot dijo que se han realizado censos en Costa Rica y Nicaragua y han hecho conteos simultáneos en 30 comunidades en ambos países, para tener una idea de dónde hay presencia de lapas y cuál es el amaño de las poblaciones.
Mencionó que uno de los logros del programa de conservación de la lapa fue la creación del Refugio Nacional de Vida Silvestre Mixto Maquenque, que busca conectar los bosques de Nicaragua con los de Costa Rica.
Agregó que una de las características de la Lapa es que funciona como indicador de la salud del sistema, esto quiere decir que la cantidad de aves demuestran si hay o no fuentes de alimentación como lo son los árboles.
“Solo en este año se han encontrado 11 nidos nuevos en Costa Rica y desde 1998 no se tienen reportes de saqueos de pichones”, amplío la bióloga Guiselle Monge, investigadora del CCT.
A pesar de los esfuerzos por preservar la especie, en octubre del año pasado se taló un bosque de 50 hectáreas en Crucitas de Cutris, esa región es utilizada por las lapas como zona de paso y alimentación; sin embargo, no repercute directamente en la disminución de parejas, ya que esa no es área de anidamiento, aclaró Monge.
La lapa verde es un ave símbolo de la región Huetar Norte, porque en todo el país este es el único sector donde se reproduce y habita, sin embargo, la deforestación ha provocado que este animal pierda su alimento y los sitios para la anidación.
Los sitios donde se encuentra esta ave son Pital de San Carlos y el cantón de Sarapiquí, sectores que han sufrido un fuerte proceso de deforestación en los últimos años, el cual se pretende revertir con la creación del Refugio Maquenque.
Aunque aún no tiene datos concretos, adelantó que la situación ha mejorado respecto a 1994, cuando iniciaron con el programa de investigación y protección de esta especie.
Chasot dijo que se han realizado censos en Costa Rica y Nicaragua y han hecho conteos simultáneos en 30 comunidades en ambos países, para tener una idea de dónde hay presencia de lapas y cuál es el amaño de las poblaciones.
Mencionó que uno de los logros del programa de conservación de la lapa fue la creación del Refugio Nacional de Vida Silvestre Mixto Maquenque, que busca conectar los bosques de Nicaragua con los de Costa Rica.
Agregó que una de las características de la Lapa es que funciona como indicador de la salud del sistema, esto quiere decir que la cantidad de aves demuestran si hay o no fuentes de alimentación como lo son los árboles.
“Solo en este año se han encontrado 11 nidos nuevos en Costa Rica y desde 1998 no se tienen reportes de saqueos de pichones”, amplío la bióloga Guiselle Monge, investigadora del CCT.
A pesar de los esfuerzos por preservar la especie, en octubre del año pasado se taló un bosque de 50 hectáreas en Crucitas de Cutris, esa región es utilizada por las lapas como zona de paso y alimentación; sin embargo, no repercute directamente en la disminución de parejas, ya que esa no es área de anidamiento, aclaró Monge.
La lapa verde es un ave símbolo de la región Huetar Norte, porque en todo el país este es el único sector donde se reproduce y habita, sin embargo, la deforestación ha provocado que este animal pierda su alimento y los sitios para la anidación.
Los sitios donde se encuentra esta ave son Pital de San Carlos y el cantón de Sarapiquí, sectores que han sufrido un fuerte proceso de deforestación en los últimos años, el cual se pretende revertir con la creación del Refugio Maquenque.
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